Un software instalado en millones de «smartphones» destinado a evaluar el rendimiento de los aparatos se ha convertido en el centro de una nueva polémica sobre violación de la privacidad de los usuarios en EE.UU.,según informa este viernes el diario «The Wall Street Journal».
El sistema perteneciente a la empresa Carrier IQ ha sido acusado por expertos en seguridad informática de dedicarse a coleccionar datos sobre el empleo del dispositivo e incluso el contenido de los mensajes de texto. Ese escándalo salió a la luz mediante informaciones publicadas en varios blogs en las que se ponía de ejemplo cómo supuestamente el software de Carrier IQ recolectaba datos de un teléfono HTC con sistema operativo Android de Google.
Carrier IQ se apresuró a desmentir las acusaciones y aseguró que emprendería acciones legales contra quienes sugirieran que estaba atentando contra la intimidad de los usuarios. La empresa negó que su tecnología se dedicara a registrar, almacenar o transmitir contenidos de los mensajes, correos electrónicos, fotografías, audio o vídeo, y dijo que el único propósito de su software era medir el funcionamiento de los teléfonos y ayudar a detectar problemas para mejorar su rendimiento.
Google indicó que no tiene ninguna relación contractual con Carrier IQ, pero que su sistema operativo Android se ofrece a los fabricantes de telefonía con la opción de que puedan hacer modificaciones en él de acuerdo a sus necesidades o las de las compañías de telecomunicaciones.
Apple comentó que habían comenzado a dejar de utilizar ese software en sus dispositivos con sistema operativo iOS 5 y Nokia confirmó que jamás había estado presente en sus teléfonos, lo mismo que Microsoft en su Windows Phone. HTC apuntó que algunas operadoras de telefonía pedían la instalación de ese software en sus aparatos, tal es el caso en EE.UU. de AT&T, T-Mobile y Sprint (no así Verizon), que dijeron utilizar la tecnología de Carrier IQ para tener datos sobre su red para realizar mejoras en el servicio.
Este caso se suma a las anteriores polémicas suscitadas por los sistemas de rastreo y localización que permiten que los teléfonos funcionen como GPS y que salpicaron a Apple y Google al trascender que sus dispositivos guardaban registro de los movimientos de los usuarios.
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